Por Luciano Monchiero, Argentina.
Por Luciano Monchiero, Argentina.
Hoy en día los cibercriminales no dan tregua y más con la hiperconexión en la que nos encuentra todo este proceso de aislamiento obligatorio o voluntario en ciertos casos. Lo cual, hace que los usuarios nos encontremos más expuestos a nuevas técnicas delictivas que se van incrementando día a día y que es clave conocer como cibernautas y estar prevenidos.
Todavía no podemos hablar de datos objetivos reales de lo que va de este año 2020, pero las tendencias para fin de año no son nada alentadoras para organizaciones, empresas y usuarios, ya que el cibercrimen seguirá en aumento.
Veamos el caso de Ransomware, que es cuando un malware se ejecuta en un sistema de una organización, bloquea el acceso a los datos y solicita un rescate en criptomonedas. Este tipo de modalidad se encuentra dentro de las ciber-amenazas que más se han incrementado en este año y producto de la falta de concientización va a continuar. La clave es comenzar con una nueva cultura de concientización, donde las empresas no miren como un gasto invertir en la protección de la seguridad de la información, hoy principal activo de una organización y el nuevo oro del cual todos hablan.
El remedio es invertir, no es gasto, sino prevención de que Ciberdelincuentes dejen a una organización 16 días en promedio sin poder trabajar según estudios de empresas de seguridad informáticas a nivel mundial.
En base a lo anterior, seguimos con este juego, que no es más que tomar conciencia que la lista de ciber-amenazas continúa agrandándose cada vez más. En este caso, hablamos del llamado Phishing, o pescador de víctimas, en el cual los ciberdelincuentes a través de técnicas de ingeniería social buscan llevar en todo momento al error a la víctima para obtener un rédito económico con sus datos.
Sabemos que el principal objetivo de estos casos han sido las entidades financieras y operadores de tarjetas, las cuales han sufrido grandes pérdidas millonarias producto de la falta de concientización a sus usuarios de los peligros que hoy danzan a la luz del día en materia de Cibercrimen y que los ciberdelincuentes no dan respiro.
Así continúa la lista de casos, donde el Cibercrimen se posiciona cada vez más por encima del narcotráfico y otros delitos tradicionales que estábamos acostumbrados a escuchar. Ahora los ciberdelincuentes no actúan solos, sino por medio de organizaciones, donde el resultado claro es cada vez mayor en términos económicos. Uno de los casos más resonantes, es la manera en que reclutan o captan la atención de personas con falta de recursos para que se presten a realizar actos que ayudan a estas organizaciones criminales, como la venta de datos robados de tarjetas de crédito, o de material de explotación y abuso de niñas, niños y adolescentes, ya que todo tiene una representación económica que ayuda a solventarse en el tiempo.
Como observamos, ya entramos en el mundo de la inteligencia Artificial, y la misma tendrá un papel clave en el Cibercrimen, desde un lado tratando de adelantarse a patrones conductuales, como desde el otro lado, disfrazando determinados comportamientos que lleven a simular una situación para distraer de otras acciones.
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