La firma Electrónica, es un concepto que surgió hace un poco más de 2 décadas; sin embargo, la permanente evolución tecnológica a nivel mundial, demandó la evolución de este concepto también, tanto en aspectos técnicos como en aspectos legales, permitiendo de esta manera las relaciones comerciales a distancia, entre particulares, empresas y gobiernos.
La transformación digital como el Internet de las Cosas, las Ciudades y Comunidades Inteligentes, la Computación en la Nube, el 5G, la Realidad Virtual, la Inteligencia Artificial, entre otros, han cambiado enormemente la manera de consumir y de relacionarse con el consumidor.
Cada día el mundo está más interconectado y las compañías han expandido sus operaciones a un escenario internacional, por lo que las relaciones comerciales a distancia han crecido continuamente, generando millones de operaciones electrónicas, las cuales requieren niveles de seguridad que identifiquen adecuadamente a los firmantes, quienes interactúan en el ciberespacio para comprar bienes o adquirir servicios.
Debido al crecimiento de las operaciones electrónicas, las partes que interactúan requieren la firma de contratos y documentos en los que se expresa la voluntad de las partes, así como los términos y condiciones bajo los cuales se regirá la relación contractual. Esto ha generado que la Firma Electrónica haya tomado especial relevancia, permitiendo incrementar la productividad empresarial y de los países, y es necesario que su evolución acompañe los constantes cambios tecnológicos.
Firmar electrónicamente permite a las partes agilizar sus operaciones y el reto es lograr la infraestructura para firmar con un sistema legal robusto, es así, que el sistema jurídico de cada país debe adaptarse a las nuevas exigencias de los tiempos modernos. Un acercamiento a un concepto lo más profundo posible, para admitir su justa relevancia; debe tomarse en cuenta ciertos puntos fundamentales como lo son uso y validez de la firma electrónica, la función de los prestadores de servicio de certificación, al igual que los procedimientos para la certificación digital y el valor de la firma electrónica en un proceso. En este sentido, la firma electrónica debe tener el mismo valor que una firma manuscrita, es por ello que el legislador le debe otorgar la importancia que amerita este tema.
La firma Electrónica es un tema que impacta a la sociedad, ya que se trata de una modalidad diferente en la que se manifiesta la voluntad de las partes, las cuales surgen con el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Por lo que en el contexto actual, es necesario dar un nuevo enfoque a la firma electrónica, que permita desarrollar el comercio electrónico, el cual debe estar al alcance y conocimiento de las personas, para que exista el reemplazo de las firmas manuscritas por las firmas electrónicas, y que ambas posean la misma confianza y la misma seguridad jurídica.
La confidencialidad, la integridad y la autenticidad son muy importantes y a diferencia de una firma manuscrita, la firma electrónica no puede ser falsificada ya que se trata de una serie de algoritmos cifrados, respaldados por un certificado digital, lo cual permite identificar a una persona y garantizar la integridad de los datos.
La diversidad y gran cantidad de operaciones comerciales a través de los medios de telecomunicaciones, tanto nacionales como internacionales, hacen imprescindible el uso de la firma electrónica, que:
Importante, durante y después de la pandemia es necesario revisar aspectos de la legislación nacional, aunque en una buena cantidad de países la regulación existente les permitió continuar trabajando a través de Internet de forma segura, gracias a los principios de seguridad ya establecidos, otros países se han visto en la necesidad de cerrar o trasladar algunas actividades comerciales al Internet, y las empresas y sus empleados han tenido que trasladar los ordenadores a sus hogares, y trabajar a distancia.
También primordial homogenizar las legislaciones de las regiones, continentes o a nivel global, para evitar confusiones y facilitar las operaciones empresariales electrónicas, tratando de eliminar las barreras entre países.
Se reconoce lo importante como referencia de la Ley Modelo de la CNUDMI sobre Firmas Electrónicas con la Guía para su incorporación al derecho interno 2001 y el Reglamento eIDAS y que entró en vigor el 1 de julio de 2016 en toda la Unión Europea. Los cambios introducidos por la regulación eIDAS han supuesto una verdadera revolución digital para las compañías y los usuarios, que afecta a firmas electrónicas o identificaciones digitales para dar de alta a usuarios o clientes de forma remota. La transformación digital cambia la forma en la que consumimos servicios y productos, dentro de un ecosistema regulado de seguridad y confianza que está permitiendo expandir los negocios de forma rápida y sin precedentes.
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