Ing. Elías Porras Umaña
República de Costa Rica
Ing. Elías Porras Umaña
República de Costa Rica
Según la OMS[1], más de 1.300 millones de personas, alrededor del 16% de la población mundial, tiene algún tipo de discapacidad. Cifra que se prevé que aumente con el paso del tiempo, debido al envejecimiento de la sociedad y las enfermedades no transmisibles.
Durante muchos años, tanto las personas con discapacidad como sus familiares han tenido que luchar día y noche por lograr una mayor independencia diaria, siempre dentro de las condiciones de cada individuo.
En torno a este escenario la labor de la tecnología adquiere un mayor protagonismo. Cada vez es más asiduo el uso de dispositivos digitales en nuestra vida que nos facilitan el día a día, sin embargo, la utilización de estos recursos supone un avance mayor para personas con discapacidad.
La inclusión tecnológica se extiende para grupos minoritarios como usuarios con discapacidades, este concepto se traduce como la democratización en tecnologías de la información y la comunicación con la finalidad de que los usuarios obtengan los beneficios y ventajas de utilizarlas.
Son muchos los problemas a los que las personas con discapacidad, independientemente del tipo que sea, se tienen que enfrentar en su día a día.
Es por ello por lo que, para estas personas, los avances tecnológicos han supuesto un antes y un después en su forma de vivir la vida y de relacionarse con el mundo. Y es que las Tecnologías de la Información y la Comunicación, como popularmente se les conoce, han aportado calidad de vida a todas aquellas personas que presentaban algún tipo de discapacidad o minusvalía.
Las Tecnologías de la Información y la Comunicación, además de hacer más accesible la información y potenciar las capacidades de las personas, en el caso de personas con discapacidad, han ayudado a que sus dificultades se vieran paliadas y, en algunos casos, sus limitaciones se redujeran al mínimo.
Al incentivar la apertura cultural y educativa para las personas con discapacidad, se promueve un cambio de paradigma que facilitará la inclusión y la apreciación de la diversidad. Además, se establece un vínculo directo con el uso y apropiación de la tecnología, por ser herramientas facilitadoras para el acceso a la educación y a la información, lo que confirma la relevancia de la relación entre las Tecnologías de la Información y la Comunicación y discapacidad.
La inclusión digital, en su forma más general, es la capacidad de los individuos y grupos para acceder a las Tecnologías de la Información y la Comunicación y utilizarlas, y tiene cuatro elementos críticos[2]:
La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y sus Estados Miembros reconocen que el acceso a las Telecomunicaciones/Tecnologías de la Información y la Comunicación desempeña una misión esencial en la vida social, cultural, económica, política y democrática de la población. Por consiguiente, para satisfacer sus derechos fundamentales, la accesibilidad de las telecomunicaciones/TIC y de los marcos reglamentarios debe centrarse en las necesidades de las personas con discapacidad, para dar paso a políticas que les facilite el acceso a los servicios y Tecnologías de la Información y la Comunicación en igualdad de condiciones.
Las personas con discapacidad han visto como la mayoría de empresas tecnológicas han adaptado sus funciones con tal de que puedan usarlas sin problemas.
La tecnología ha cambiado el mundo, llevando el conocimiento al alcance de todos y ampliando las oportunidades, por lo que las personas con discapacidad podrían beneficiarse enormemente de esos avances. No obstante, muchos no tienen acceso a esas herramientas esenciales.
En la actualidad se está trabajando en múltiples proyectos para utilizar tecnología de Inteligencia Artificial, ya que el potencial de las aplicaciones de Inteligencia Artificial es enorme para personas con todo tipo de discapacidades (visuales, auditivas, cognitivas, de movilidad, de aprendizaje…).
Es importante que las nuevas generaciones se plantean un futuro profesional en el que puedan trabajar, rompiendo la anacrónica tradición que relaciona a la persona con discapacidad con la inactividad y la dependencia.
[1]Organización Mundial de la Salud
[2] Simposio Mundial de la UIT para Organismos Reguladores (GSR), 2019. Directrices de prácticas óptimas – Acelerar la conectividad digital para todos. Port Vila (Vanuatu), 2019.
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