Las monedas digitales

Las monedas digitales

PhD. Xavier Barragán Martínez
Experto del CEABAD

El dinero ha evolucionado a lo largo de la historia, desde formas primitivas como el trueque hasta formas más modernas como las monedas y billetes que conocemos hoy en día. Es esencialmente una convención social aceptada como medio de intercambio. Las monedas fiduciarias, respaldadas por la confianza en vez de metales preciosos, han predominado desde que Estados Unidos abandonó el patrón oro en 1971.

Por su parte, los Bancos Centrales emiten diversas formas de dinero, desde el efectivo hasta el dinero bancario digital, que facilitan las transacciones y sirven como depósito de valor y unidad de cuenta en la economía; en este contexto se destacan las Central Bank Digital Currencies (CBDC) como una forma de moneda digital respaldada por bancos centrales y destinadas a mejorar la inclusión financiera, facilitar pagos transfronterizos y establecer políticas monetarias. Sin embargo, con la creciente innovación tecnológica, han surgido nuevas formas de dinero, como las monedas digitales y las criptomonedas. Por su parte, las monedas digitales son representaciones electrónicas de monedas fiduciarias y se intercambian a través de medios electrónicos. Por otro lado, las criptomonedas son descentralizadas, independientes de sistemas financieros convencionales y se basan en tecnología blockchain para garantizar la seguridad y transparencia en las transacciones, siendo el Bitcoin la criptomoneda más conocida, aunque han surgido muchas otras desde su introducción en 2009. Todas las criptomonedas se distinguen por su descentralización, tecnología blockchain y autonomía en las transacciones, desafiando las nociones tradicionales de sistemas financieros. Su adopción continúa evolucionando y han redefinido la transferencia de valor en el mundo financiero. Además, existen las monedas virtuales, emitidas por entidades privadas y utilizadas principalmente en entornos virtuales como juegos en línea. No poseen valor intrínseco y su valor depende del sentimiento de los comerciantes.

Las criptomonedas han evolucionado considerablemente desde la creación de Bitcoin en 2009, marcando un hito como la primera criptomoneda moderna. Desde entonces, ha surgido una amplia variedad de criptomonedas y tokens, cada uno con su propio propósito y características técnicas. Estas no son más que representaciones digitales descentralizadas de valor, usadas como medios de pago alternativos al dinero tradicional. Operan mediante sistemas peer-to-peer (P2P) basados en criptografía, asegurando transacciones electrónicas seguras sin intermediarios. Aunque no cumplen completamente las funciones de las monedas tradicionales, se utilizan como medios de pago y unidades de cuenta en ciertos casos. Carecen de respaldo legal y físico, siendo gestionadas por la comunidad de usuarios mediante protocolos criptográficos.

Algunos proyectos y movimientos anteriores a Bitcoin influyeron en su diseño, como Digicash, Hashcash y B Money. También encontramos a las ICOs (Ofertas Iniciales de Moneda) que permiten a proyectos de criptomonedas recaudar fondos, aunque con riesgos para los inversores. Asimismo están los tokens que son unidades de valor basadas en criptografía emitidas por entidades privadas en una blockchain, y pueden tener diversos usos más allá de ser criptomonedas. Además están las STOs (Ofertas de Títulos de Valor) similares a las IPOs (Oferta Pública Inicial) tradicionales pero basadas en blockchain, y los security tokens están respaldados por activos de la compañía. Los tokens no fungibles son únicos e individuales, como los CryptoKitties.

Es importante distinguir entre monedas y tokens. Las monedas son nativas de la blockchain en la que operan, como Bitcoin, mientras que los tokens se crean para funcionar en blockchains diferentes de las que fueron emitidos. De esta manera, el mercado de criptomonedas no se limita solo a monedas, sino que también incluye tokens de utilidad, gobernanza y no fungibles (NFTs). Las monedas estables han surgido para abordar la volatilidad, mientras que las NFTs han revolucionado la relación de las criptomonedas con el arte y otros activos únicos.

La evolución de las criptomonedas ha creado un ecosistema complejo y en constante cambio, ofreciendo una variedad de opciones para inversores, desarrolladores y entusiastas. Empresas como Coinbase y Blockchain.com han emergido como proveedores líderes en servicios relacionados con criptomonedas. Además del crecimiento en el ámbito privado, los bancos centrales están explorando el desarrollo de monedas digitales respaldadas por ellos mismos, lo que refleja la creciente aceptación y legitimidad de las criptomonedas en el panorama financiero global.

Las criptomonedas desde los primeros intentos de medios de pago virtuales centralizados, como GoldAge y LibertyDollars, llegan a más de 1,500 criptomonedas descentralizadas en la actualidad. Bitcoin, lanzado por Satoshi Nakamoto en 2009, es la criptomoneda más popular y ampliamente aceptada, con un suministro finito de 21 millones de unidades. Su valor ha experimentado fluctuaciones significativas a lo largo del tiempo, alcanzando valores muy altos en comparación con sus inicios. Además de Bitcoin, existen muchas otras criptomonedas conocidas como altcoins, que incluyen tokens de pago como Litecoin, Dash, Monero y Ripple, así como plataformas para aplicaciones descentralizadas como Ethereum y proyectos específicos como IOTA. En este sentido, , con su criptomoneda nativa Ether (ETH), es una plataforma líder para aplicaciones descentralizadas y contratos inteligentes desde su lanzamiento en 2015 por Vitalik Buterin. Mientras tanto, Litecoin se centra en pagos rápidos y económicos, diferenciándose de Bitcoin con una red descentralizada y un algoritmo de minería alternativo. Ripple facilita pagos globales en el sistema bancario a través de su red RippleNet y su token XRP, aunque enfrenta desafíos legales. Dash destaca en la industria de pagos con transacciones instantáneas y gobernanza descentralizada. Monero prioriza la privacidad y la resistencia a la censura en sus transacciones mediante tecnologías criptográficas avanzadas. Por último, IOTA presenta una tecnología única de cadena de bloques llamada Tangle, diseñada para la transferencia de valores y datos en la Internet de las cosas, con transacciones sin contacto y escalabilidad ilimitada.

En conjunto, estas criptomonedas ofrecen una amplia variedad de características y funcionalidades, lo que contribuye a la diversidad y la innovación. Las más utilizadas incluyen Bitcoin, Ethereum, Binance Coin, Cardano, Dogecoin, XRP, Solana y Polkadot. Se utilizan para inversiones, compras en línea, transferencias de dinero y pagos en línea. Su uso está en constante evolución con nuevos casos de uso en diversos campos. En cuanto a las características fundamentales de las criptomonedas, estas incluyen ser criptográficas, descentralizadas, inmutables, con transacciones irreversibles, intercambiables y con un grado de privacidad; siendo sus componentes principales, la base de datos, la criptografía, la tecnología blockchain y la minería de bloques, que es el proceso mediante el cual se añaden nuevas transacciones a la cadena de bloques y se generan nuevas criptomonedas como recompensa.

Uno de los componentes principales es la tecnología de la cadena de bloques (Blockchain), que es una base de datos distribuida compuesta por una serie de bloques conectados mediante enlaces criptográficos. Cada bloque contiene información digital y se almacena en una red de computadoras llamadas nodos o pares (Peers). Todos los nodos en la red poseen una copia idéntica de la cadena de bloques, lo que asegura transparencia, integridad y resistencia a la manipulación de la información. Esta tecnología se destaca por mantener una única fuente de verdad compartida entre todos los nodos de la red, lo que dificulta la modificación o alteración de la información sin consenso. La blockchain se compone de bloques que almacenan información de transacciones, y su estructura enlazada asegura la inmutabilidad de la información. Utiliza mecanismos de consenso, como Prueba de Trabajo (PoW) y Prueba de Participación (PoS), para garantizar la validez de las transacciones. La tecnología de Libro Mayor Distribuido (DLT) es un concepto más amplio que incluye a la Blockchain como una implementación específica. La DLT permite la actualización y validación eficiente y segura de la información compartida entre varias partes, contribuyendo a la descentralización y distribución de datos.

Otro componente importante es la criptografía, la cual desempeña un papel fundamental en el desarrollo de monedas digitales y en la seguridad de las comunicaciones en línea. La criptografía moderna se basa en algoritmos avanzados y claves, y sus principales objetivos son la confidencialidad, integridad, autenticación y no repudio de la información. Se utilizan diferentes tipos de cifrado, como el simétrico y el asimétrico, así como algoritmos de firma digital, funciones hash y criptografía de curva elíptica. En el contexto de la Blockchain, la criptografía asimétrica juega un papel crucial en la seguridad de las transacciones, permitiendo la propiedad y transferencia segura de activos digitales como Bitcoin.

Por otro lado, encontramos los contratos inteligentes, que son secuencias de instrucciones ejecutadas automáticamente en una blockchain cuando se cumplen ciertas condiciones, ofreciendo confiabilidad y transparencia. También, las DApps son aplicaciones descentralizadas que operan en una red distribuida de nodos, promoviendo la transparencia y la seguridad. Finalmente, las DAOs son organizaciones autónomas descentralizadas regidas por contratos inteligentes.

En este contexto, se observan distintos tipos de cadenas de bloques, como públicos, privados y federados. Asimismo, existen diversas plataformas blockchain para empresarios, como Alpha-Point, Avalanche y otras, que ofrecen soluciones para una variedad de casos de uso.

En el ámbito global de las criptomonedas, la capitalización de mercado asciende a $1.94 billones, con un volumen de operaciones de $87.69 mil millones en las últimas 24 horas del 10 de febrero de 2024. Bitcoin ostenta una dominancia del 52.23%, mostrando un comportamiento altamente volátil en los últimos años, con un máximo en octubre de 2021 de $61,374 y un mínimo en noviembre de 2022 de $17,080, recuperándose a $47,732 en febrero de 2024. Ethereum ha logrado estabilizarse y muestra una tendencia casi gradual. Los NFT (Tokens no Fungibles) han revolucionado el arte digital, impulsados por Ethereum y su tecnología blockchain. Bitcoin es una alternativa a Bitcoin creada para superar limitaciones. Su precio ha oscilado entre $280 y $54 desde noviembre de 2021 hasta 2024.

Las formas comunes de obtener criptomonedas incluyen aceptarlas como pago, minar, visitar sitios web, realizar apuestas y realizar inversiones. La regulación de las criptomonedas varía según el país. Estados Unidos, Japón, Corea del Sur y Suiza tienen regulaciones claras, mientras que Ecuador y Bolivia las prohíben o limitan. El futuro de las criptomonedas es incierto pero prometedor, con un aumento en la adopción institucional y la integración en el sistema financiero tradicional. Sin embargo, se enfrentan a desafíos como la computación cuántica y la necesidad de un marco regulatorio internacional.

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