El desarrollo de la plataforma Por mi barrio en Uruguay, un proyecto conjunto de la sociedad civil y el gobierno iniciado en el 2014, y transferido a Costa Rica desde el 2015, plantea un largo recorrido con lecciones aprendidas y nuevos interrogantes. Ambas experiencias fueron tema de un diálogo en Buenos Aires entre organizaciones de la región, coordinado por las Dras. Carla Bonina y Carolina Aguerre, quienes llevan a cabo una investigación en curso sobre la experiencia de ambos países.
La plataforma “Por mi barrio” se basa en Fix My Street de My Society, y permite a los ciudadanos reportar problemas en la vía pública, localizándolos en el mapa y documentándolos con fotos y comentarios. El sistema permite conectarse de forma directa con el Sistema Único de Reclamos, Sistema de Información, Reclamos y Sugerencias, o cualquier sistema que posea la municipalidad, con lo que la plataforma asegura que los problemas denunciados llegarán al departamento responsable de dar una respuesta en el municipio, y permitirán recibir de forma automática notificaciones sobre la respuesta que se dé al problema.
La experiencia de ambos países latinoamericanos permite pensar en los condicionantes socio-culturales de adopción de una tecnología. La particularidad del proyecto uruguayo es la colaboración de actores ya que se elaboró en base al acuerdo con el gobierno local de la ciudad de Montevideo, la Defensoría del Vecino y otras entidades, actores principales en la recepción y gestión de problemas en la vía pública. El proyecto nace de la iniciativa de la ONG DATA y es financiada por el fondo App Cívico de Avina.
Luego con el objetivo de transferir la implementación de la herramienta y experimentar su uso en otro país de la región, las entidades HIVOS y AVINA se unieron para apoyar financieramente a ACCESA (Costa Rica) y DATA (Uruguay) en la implementación del proyecto en la municipalidad de Palmares en Costa Rica. La experiencia de este país en la apropiación de la plataforma planteó la necesidad de comunicarles a los ciudadanos los beneficios de la plataforma. Con ese fin, se desarrollaron una serie de materiales gráficos con un diseño adaptado a la cultura palmareña.
Entre los desafíos que plantean ambas experiencias se encuentra la necesidad de compatibilizar lógicas distintas: la cultura de los organismos públicos, la de los sistemas voluntarios, y la cultura adhocrática de la organización en red. Los distintos actores intervinientes plantean la necesidad de “calibrar” lógicas top-down (jerárquicas) con otras bottom-up (emergentes). En este sentido, la experiencia uruguaya muestra el desarrollo de capacidades técnicas locales y una alta respuesta institucional.
La investigación en curso llevada a cabo por Dras. Carla Bonina y Carolina Aguerre abre un conjunto de interrogantes fundamentales; entre ellos: ¿cómo construir mejores prácticas de colaboración y participación con los ciudadanos?, ¿cómo evitar que el uso de la plataforma genere nuevas brechas o desigualdades?, ¿cómo promover instancias de apropiación de la tecnología tanto interna como externamente a la organización?, y, en última instancia, ¿cómo se vuelven sustentables en el tiempo este tipo de proyectos, o cómo se insertan en un cambio cultural de mayor alcance?
