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12 diciembre 2020

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Inteligencia Artificial, la revolución que apenas comienza

Inteligencia Artificial, la revolución que apenas comienza

Ing. Elías Porras
País: Costa Rica

La Inteligencia Artificial (IA) es el campo científico de la informática que se centra en la creación de programas y mecanismos que pueden mostrar comportamientos considerados inteligentes. En otras palabras, la IA es el concepto según el cual las máquinas piensan como seres humanos.

 

La Inteligencia Artificial (IA) hace posible que las máquinas aprendan de la experiencia, se ajusten a nuevas aportaciones y realicen tareas como los seres humanos. La mayoría de los ejemplos de Inteligencia Artificial sobre los que se oye hablar hoy en día, desde computadoras que juegan ajedrez, hasta automóviles de conducción autónoma, recurren mayormente al aprendizaje profundo y al procesamiento del lenguaje natural. Empleando estas tecnologías, las computadoras pueden ser entrenadas para realizar tareas específicas procesando grandes cantidades de datos y reconociendo patrones en los datos.

 

Una simple búsqueda online de sus siglas en inglés (IA) hoy arroja casi 2.200 millones de resultados, lo que demuestra el gran interés de tanto los expertos como el público en general. Parte de la moda se puede atribuir a las grandes hazañas logradas gracias a esta tecnología, aunque también tiene connotaciones negativas, por ejemplo, se predice que la IA podría eliminar millones de puestos de trabajo y dejar obsoletas industrias enteras.

 

La IA habilita a las tecnologías para que ayuden a las organizaciones a identificar tendencias entre los clientes, a descubrir nuevas oportunidades, a eliminar brechas en los procesos del servicio prestado e incluso puede ofrecer una experiencia omnicanal, mostrando una visión holística y centralizada del cliente.

 

En los últimos años la Inteligencia Artificial está adquiriendo gran impulso, al ser capaz de resolver problemas con ordenadores que antes no se consideraba posible, llegando a niveles a los que nunca antes se había llegado. Incluso los dispositivos móviles se benefician de investigaciones en este campo, por ejemplo, a través del texto predictivo del teclado, del desbloqueo de pantalla con huella dactilar o de la detección de rostros en los fotogramas captados por la cámara.

 

La Inteligencia Artificial logra una increíble precisión, a través de redes neuronales profundas, lo cual antes era imposible. Por ejemplo, sus interacciones con Alexa, Google Search y Google Photos están todas basadas en el aprendizaje profundo y se siguen volviendo más precisas cuanto más las usamos. En el campo de la medicina, las técnicas de Inteligencia Artificial del aprendizaje profundo, clasificación de imágenes y reconocimiento de objetos se pueden emplear ahora para detectar cáncer utilizando imágenes de resonancia magnética, con la misma precisión que radiólogos altamente capacitados.

 

En la infraestructura de comunicaciones móviles, podríamos recopilar los datos de uso de la red para que un sistema de IA aprenda a predecir picos de consumo y ayude a prevenir la saturación de la red. Podría incluso optimizar el flujo de los datos en tiempo real, sin que nadie le ordene específicamente cómo o cuándo hacerlo, de forma autónoma, entre muchas otras tareas que podríamos realizar utilizando Inteligencia Artificial.

 

El impacto de la Inteligencia Artificial en las telecomunicaciones podría extenderse a áreas que van desde servicio al cliente, hasta la detección de interrupciones de red o el asesoramiento sobre estrategias de optimización. Sin embargo, antes de que pueda generar un impacto real en estas áreas, se debe implementar de tal manera que se asegure su fiabilidad y eficacia.

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